Amor Por Jesica Gindin
"El amor es una adicción" afirma Coral Herrera Gómez. Como el azúcar que no poder dejar de consumir, la harina que te pide el cuerpo o la droga que necesitas para paliar tus días tristes.. Te convertís en una devota sin pausa para observar tu lamentable accionar desesperado para dar con tu preciado elixir.
Las mujeres fuimos criadas para complacer, para agradar a los hombres y para estar a disposición cuando ellos lo desean. Ya no esperamos más al príncipe azul pero si al príncipe feminista. ¿Será que se lo encuentre en algún lado? Estimo que no.
El amor es el sentimiento más noble y radiactivo que podemos experimentar, fluctúa con el tiempo al igual que el virus. Está en nuestra cabeza, lo alimentamos diariamente y de ahí radica el peligro de las ficciones de cine de autor. Algunas serán de bajo presupuesto, otras de grandes hazañas épicas y tal vez encontremos algunas de carácter distópico. Todas nutridas por lo mismo, el deseo erótico y exclusivo de un cuerpo. O tal vez en otros encontraremos los deseos de muchos otros cuerpos. ¿Por qué nunca nos es suficiente? ¿Por qué sentimos la necesidad imperiosa de buscar afuera la novedad? ¿Será que la misma lógica capitalista rige nuestra búsqueda de consumo? No soy una purista monógama, ni me rijo por las instituciones. Soy una judía errante, heterodoxa que simplemente desea amar en aguas calmas. ¿Será también este requisito una quimera?
Tinder, tik tok, instagram, telegram, happen, wassap, okcupid, badoo, linkedin, facebook, foros y un sin número de apps para exponer un determinado perfil también erigido según nuestras conveniencias y necesidades.
Busco, me muestro, sugiero, me acerco, megusteo, te miro todas las historias, desaparezco, vuelvo a aparecer, te anuncian que alguien posteó algo después de mucho tiempo y así se sucede la ruina circular. Tantas vías de comunicación que acabamos perdidos y solos. Cualquier muestra de ternura es vista como un acto terrorista. No digas, no hables, no preguntes, no hagas. ¿En qué momento dejó de ser relevante la caricia, la ternura y el detalle?
Mientras tanto, aquí estamos, hablando idiomas diferentes, viviendo en cápsulas fragmentadas y soledades por doquier.